Tienda de moda con ropa de mujer

Unificación de tallas, patrones, prendas plus size… ¿Ponemos orden?

Con motivo de su nominación a los Oscar como mejor actriz de reparto por La boda de mi mejor amiga (2012), Melissa McCarthy no encontró a ninguna firma de moda que quisiera vestirla para tal ocasión. Aprovechando sus estudios de moda, tres años después la intérprete norteamericana lanzó su propia línea de ropa, Seven7, con el objetivo de ofrecer prendas cómodas con diseños atractivos y a la moda dirigidas a mujeres de todas las tallas.

Publicación de Instagram La actriz Melissa McCarthy con varias modelos que llevan diseños de su marca de ropa.
Publicación de Melissa McCarthy en Instagram junto a varias modelos que posan con algunos de sus diseños.

Más recientemente, en España, la presentadora y actriz Tania Llasera, en sus stories de Instagram, se quejaba de la dificultad que a menudo supone encontrar la talla adecuada, puesto que es diferente según las marcas y los modelos, y reclamaba la unificación de tallas.

Captura de pantalla de una storie de Tania Llasera en Instagram donde reclama la unificación de las tallas.
Foto de pantalla de la storie de Tania Llasera en Instagram donde reclamaba la unificación de tallas.

A propósito de estas dos realidades denunciadas por McCarthy y Llasera, y secundadas a diario por muchísimas personas en las redes sociales, sobre todo mujeres, pero también cada vez más hombres, en Demos el Paso hemos decidido abrir de par en par las puertas de los armarios roperos y, a lo Marie Kondo, nos hemos propuesto poner un poco de orden en este desbarajuste de tallas, patrones, prendas plus size

¿Utilizar ropa de tallas grandes es sinónimo de vestir con ropa muy holgada y de colores oscuros?

¿Por qué la mayoría de las grandes cadenas de moda no apuestan por las tallas grandes?

¿Por qué es tan difícil encontrar prendas de tallas grandes en las tiendas físicas?

 ¿Qué dice la normativa al respecto?

A estas y a otras preguntas intentamos dar respuesta en este post.

Vamos al lío.

La ‘generación de cristal’, a la vanguardia de la moda

“Crea tu estilo, sin estereotipos. Sé feliz en tu cuerpo y sácate partido. Queremos ayudarte a conseguirlo. T-44-66.” Así reza el perfil de Instagram de Rita & Loly, una empresa con 25 años de experiencia en la moda de tallas grandes que cuenta con una tienda física en Santander y con una página web.

Es solo un ejemplo entre el gran número de pequeñas tiendas de moda que, al margen de las grandes cadenas, venden prendas de tallas grandes. Los diseños, que se adaptan a diferentes siluetas, han ganado en comodidad y están al día en cuanto a la moda.

Para muchas mujeres, el cambio no es sencillo. “Nos han enseñado a vestir de azul marino o negro para disimular. Y nada de bolsos pequeños porque queda desproporcionado. Se trata de ir como una mesa camilla o quedarte directamente en casa”, explicaba Rebeca Gómez Polo, fundadora, junto a Elena Devesa, del portal español We Lover Size, en un reportaje publicado en El País Semanal.

“Nos han enseñado a vestir de azul marino o negro para disimular. Se trata de ir como una mesa camilla o quedarte directamente en casa”

Esta tendencia la han roto las nuevas generaciones, que se niegan a vestir como sus abuelas y exigen prendas que se ajusten a sus formas, que sean cómodas y que sigan la moda. Y ello lo han conseguido, sobre todo, gracias a las redes sociales.

“Nos llaman generación de cristal porque hemos dejado de normalizar el sufrimiento. Prefiero que me digan que soy de cristal por denunciar la discriminación, que ser como la generación de mi abuela, que tenía que soportar que el marido le pegara y ser una mujer apagada y apartada de la sociedad. Hemos salido a romper con todo”, contaba la influencer y comunicadora Mara Jiménez, creadora del consultorio “Gente gorda haciendo cosas dígame, en una entrevista en El País.

Ocurre lo mismo con los hombres, con el agravante de que la moda masculina suele ser más conservadora y los cambios se producen más lentamente. A pesar de ello, no son pocos los modelos e influencers XXL que han alzado la voz a favor de las prendas de tallas grandes a la moda para hombres, como los modelos Zach Miko y Cristian Paris.

Ropa de tallas grandes a la moda sí, pero solo online

A pesar de los avances, encontrar ropa de tallas grandes a la moda no es fácil, sobre todo en las tiendas físicas de las marcas más conocidas. Según Mara Jiménez, “no quieren gordas en las tiendas. Algunas marcas sacan a modelos gordas en sus anuncios, pero luego no hay ropa grande en sus locales”. 

“No quieren gordas en las tiendas. Algunas marcas sacan a modelos gordas en sus anuncios, pero luego no hay ropa grande en sus locales”

Su gran salvavidas son las redes sociales y las tiendas online. En este sentido, cabe destacar la firma de ropa china online Shein. “Las gordas damos la vida por Shein. Nos salva la vida. Encuentras ropa sexy, cómoda, práctica”, contaba Mara Jiménez en El País.

Si echamos un vistazo al sitio web de esta marca, podemos ver que, además de las secciones tradicionales de hombre, mujer y ropa infantil, la tienda online dedica todo un apartado a “Tallas grandes”. Las prendas de ropa etiquetadas como de talla grande suman algo más de 70.000 modelos distintos.

Captura de pantalla del apartado de tallas grandes de la web de Shein
Captura de pantalla del apartado “Tallas grandes” del sitio web de Shein.

Shein no es la única gran cadena de moda que ha puesto la mirada en el mercado de las tallas grandes. Otras, como Mango, Zara, H&M o Zalando, también comercializan prendas plus size. El problema es que para hacerse con las tallas más grandes solo se puede recurrir a la tienda online ya que no se venden en las tiendas físicas. Algo que, como ya apuntaba Mara Jiménez, supone una discriminación a nivel de accesibilidad.

La normalidad en las tallas pasa por evitar la segregación

En 2014 la firma de moda Mango lanzó Violeta, una división propia de ropa de tallas grandes para mujeres jóvenes que iba desde la talla 40 hasta la 52. A pesar de que la iniciativa se podía ver como una oportunidad, ya que la marca ofrecía ropa con diseños a la moda para mujeres con cuerpos de tallas grandes, no tuvo una buena acogida al considerarse que ponía énfasis en la diferencia y que el hecho de segregar podía llevar a las mujeres a sentirse discriminadas. Las críticas a Violeta tuvieron tanta repercusión que hasta se promovió una recogida de firmas para su retirada en el portal Change.org, que secundaron más de 58.000 personas, porque la firma incluía la talla 40 en el rango de tallas grandes.

Captura de un tuit que se hace eco de la polémica generada por Mango al crear Violeta y considerar la talla 40 como de rango grande.
Captura de un tuit que se hacía eco de la polémica que se generó con el lanzamiento de Violeta por parte de Mango y su horquilla de tallas grandes.

En 2021 Mango decidió cerrar todas las tiendas físicas y online de Violeta e integrar todo el rango de tallas bajo el nombre de la marca en la colección de mujer.

Además de la buena noticia que supuso para las defensoras de las tallas grandes el fin de la segregación, la integración de Violeta dentro de Mango tuvo repercusiones en el precio—otra de sus grandes reivindicaciones —, puesto que las prendas que hasta entonces formaban parte de Violeta pasaban a ser más baratas al integrarse en la colección general, al disponer esta de unos volúmenes de compra muy superiores.

Junto a este cambio, Mango también anunciaba la ampliación de su tallaje con la incorporación de la talla 32 (XXS), por abajo, y de la 46 (XXL), por arriba, a la práctica totalidad de los diseños de la colección de mujer.

¿Por qué las marcas se saltan la normativa a la torera?

Desde el año 2008, una normativa de la Unión Europea, que es quien tiene competencias para lograr la unificación de tallas en todos los fabricantes, regula el etiquetado de la ropa y obliga que cada talla se ajuste a unos determinados centímetros, de forma que una mujer que use una L siempre tenga la misma referencia y no tenga que estar mirando el patronaje de cada marca o de cada modelo.

En España, el Ministerio de Sanidad pidió por aquel entonces al sector textil la unificación de tallas para que fueran iguales en todas las marcas. Pero no hace falta decir que dicha unificación no se ha conseguido, pese a que la petición se ha repetido en numerosas ocasiones, porque a las grandes marcas no les resulta rentable.

Raquel Carrera, coautora de la cuenta de Instagram @SoyCurvy, contaba en El País que en “las fábricas hacen hasta una L. Si quieres ir más allá, necesitas un nuevo patrón, porque el cuerpo grande necesita pinzas y adaptaciones en los cortes. Además, hay que utilizar más tela y no te dejan producir tres vestidos, tienes que producir mucho más, así que las marcas más sostenibles no suelen llegar a nuestras tallas. Hay diseñadores que te lo pueden hacer, te puedes hacer ropa a medida, pero para la mayoría supone un gasto muy importante”.

Así mismo, la actriz Itziar Castro, usuaria de tallas grandes, manifestaba en el mismo medio que “hay poquísimas marcas que hagan tallas de todo tipo. Mi talla es la 56, pero si voy a H&M, donde la talla máxima es la 48, en realidad es una talla muy pequeña comparada con la que pueden hacer, por ejemplo, Kiabi o una tienda de tallas grandes cuyo tallaje parta de la 44”.

Y Marta Camin, especialista en moda, mostraba en un vídeo publicado en Tik Tok como un conjunto elástico etiquetado con una L ni tan siquiera le abrochaba el botón de la camisa y advertía del daño que esto podía acarrear a las chicas jóvenes. 

Captura del vídeo de Marta Camin grabado desde un probador de una tienda de Bershka y publicado en Tik Tok.
Captura del vídeo de Marta Camin grabado desde un probador de una tienda de Bershka y publicado en Tik Tok.

Finalmente, María Martín-Montalvo, directora de Relaciones Institucionales de ISEM Fashion Business School, revelaba otro dato interesante: “En las prendas más básicas la oferta de tallas suele ser mayor porque hay más demanda y tienen que llegar a mucha gente. En cambio, en la ropa más tendencia de cada temporada acotan la oferta para evitar el sobrestock”.

Las consecuencias de todo este desaguisado en las tallas, tal y como apuntaba Marta Camin, pueden ser demoledoras para muchas jóvenes, ya que les puede crear estigma y favorecer la discriminación.

Por eso no deja de ser una buena noticia que en Cataluña la Agencia del Consumo haya anunciado el inicio de inspecciones en los comercios de moda para garantizar que cumplen la normativa europea sobre las tallas.

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