El arte en todas sus manifestaciones es un reflejo de las costumbres y las tendencias de cada época. Desde las pinturas rupestres, pasando por los retratos de personajes de procedencias sociales dispares de cada periodo hasta las formas más actuales, las obras de arte son una fuente de conocimiento sobre aspectos como la alimentación, la moda, las tradiciones o la estética propias de cada época.
En Demos el PASO hemos emprendido un viaje por la historia del arte para conocer cómo se ha representado el cuerpo humano a lo largo de los siglos.
De vuelta a casa, todavía con las maletas por deshacer, te traemos siete obras de arte en las que la figura humana, sobre todo la femenina, se representa con unas formas muy alejadas de los cánones de belleza que se imponen en la actualidad.
¿Quieres conocerlas?
Vamos a ello.
#1 La Venus de Willendorf
La representación de individuos obesos más antigua que se ha encontrado son las Venus del Paleolítico. Se trata de unas estatuillas femeninas con muslos, nalgas y pechos rotundos como la hallada en Willendorf (Austria) en 1908.
La Venus de Willendorf es una figura de no más de 11 cm, tallada en piedra caliza, que representa a una mujer desnuda. Además de no tener rostro, lo que más llama la atención es su cuerpo, con unas proporciones exageradas y haciendo énfasis en elementos asociados con la reproducción sexual y la fertilidad.
La prominencia de los senos y las caderas y la redondez del abdomen de esta talla, características que se encuentran en otras estatuillas de este periodo, podrían hacer pensar que la obesidad era un hecho cotidiano o un ideal de belleza en el Paleolítico.
Pero la mayoría de los historiadores coinciden en considerar que se trata más bien de piezas cargadas de un profundo simbolismo relacionado con la fertilidad y la supervivencia.
#2 Las tres Gracias, de Rubens
Esta obra de Rubens, pintada hacia 1635, es una de las más célebres de la historia del arte. En ella el artista representa a las diosas Áglaye (que significa brillo o resplandor), Eufrósine (gozo o alegría) y Talía (florecimiento o abundancia), desnudas, abrazándose entre sí y formando un círculo, como si estuvieran bailando.
La anatomía de las diosas, con formas voluptuosas y corpulentas, responde al ideal de belleza femenino del siglo XVII y es una señal de salud y buena posición social. Prueba de ello es que, tal y como afirman los estudiosos del arte, Rubens pintó el cuadro como un canto de amor hacia su segunda esposa, la joven Helena, con la que se había casado hacía poco.
El pintor flamenco se inspiró en Helena para representar a una de las tres diosas, Así lo indican las ropas contemporáneas que cuelgan del árbol, que son de los mismos colores que las que luce Helena en otros retratos pintados por Rubens.
#3 Eugenia Martínez Vallejo, desnuda, de Juan Carreño de Miranda
La niña representada en este lienzo era uno de los seres humanos que pululaban por la corte española del siglo XVII para servir como manifestación monstruosa de la naturaleza y elemento de feria.
En el retrato, Eugenia Martínez Vallejo, conocida como «La Monstrua», tenía seis años y pesaba cerca de setenta kilos. Sin duda, la niña padecía obesidad infantil, una rareza muy apreciada en aquella época en la que bufones y enanos servían de divertimento en la corte.
Carreño, discípulo de Velázquez, pintó a Eugenia como si fuera un retrato mitológico, coronándola de hojas de viña y racimos y tapando su sexo con hojas de parra. De este modo, el pintor acercaba la imagen de la niña a una representación del dios Baco niño.
#4 Retrato de Daniel Lambert, de Benjamin Marshall
La figura del hombre de gran tamaño también se ha representado en el arte, aunque en menor grado que la de la mujer. Muestra de ello es este retrato de Daniel Lambert, un británico que vivió entre 1770 y 1809 y que se hizo famoso por ser «el hombre más gordo de Inglaterra».
Las crónicas de la época nos hablan de un joven de Leicester que, por un problema genético u hormonal, empezó a engordar hasta alcanzar los 200 kg de peso a los veintitrés años.
Lambert trabajaba como encargado en una prisión, pero el cierre de la cárcel le dejó sin empleo. Fue entonces cuando alquiló un apartamento lujoso en Piccadilly y abrió sus puertas al público, cobrando un chelín a cada persona que quisiera visitarle, para ganarse la vida.
Lambert, que entonces pesaba 315 kg, se hizo famoso y amasó una fortuna suficiente como para retirarse a su ciudad natal hasta que falleció a los 39 años.
El retrato de Benjamin Marshall, de estilo realista, es una de las muchas representaciones que se pueden encontrar de Lambert.
#5 Las figuras voluminosas de Fernando Botero
El colombiano Fernando Botero es uno de los artistas latinoamericanos más célebres de las últimas décadas. Su arte figurativo, caracterizado por la representación de personas, animales u objetos voluminosos, es reconocido en todo el mundo.
En una época como la actual, en la que se imponen el culto al cuerpo y unos estándares de belleza que penalizan a las personas con sobrepeso u obesidad, Botero rompe moldes con sus figuras de gran tamaño.
A pesar de que las figuras de Botero son voluminosas, el artista niega que sean «gordas». Para él, la figura humana no es más que un pretexto para pintar o esculpir y considera esas formas como sensuales, no en referencia a la obesidad, sino a la misma forma.
#6 The fatty series, de Mu Boyan
El artista chino Mu Boyan es conocido como el Botero oriental por sus esculturas hiperrealistas de gran tamaño de hombres con obesidad desnudos.
Pero a diferencia del artista colombiano, Mu Boyan sí que considera que sus esculturas representan a personas con obesidad, pues él mismo las denomina Fatty.
El objetivo de este artista chino es sensibilizar a la sociedad sobre el problema de la obesidad en China en las últimas décadas. No hace mucho en este país se veía la corpulencia y la obesidad como un signo de abundancia, pero hoy en día el sobrepeso de una gran parte de la población preocupa y se ha convertido en el centro de un debate público.
Con sus enormes figuras, símbolo del exceso, el derroche y el consumismo sin medida, el artista chino no deja a nadie indiferente.
#7 The Big O, de Abbie Trayler-Smith
La obesidad entre la población joven del Reino Unido crece a marchas forzadas. Dicha situación, que afecta a niños y adolescentes de todas las clases sociales y de cualquier origen, además del problema de salud, acarrea la estigmatización por parte de sus compañeros de clase.
La fotógrafa galesa Abbie Trayler-Smith, con su proyecto The Big O, se adentra en el tabú de la obesidad retratando a jóvenes con sobrepeso u obesidad en lugares íntimos y con objetos cotidianos.
Trayler-Smith pone la lupa en el estigma de la obesidad y lo que significa ser una persona obesa en un mundo obsesionado en gran medida con la imagen corporal, el sexo y la perfección.
Al igual que Mu Boyan, esta fotógrafa galesa utiliza el arte ―en su caso, la fotografía― para visibilizar a las personas que padecen obesidad y agitar conciencias.
Fin del viaje
Este viaje termina aquí, pero la historia del arte da para muchas más aventuras e incursiones. ¿Qué te parece si lo continúas tú?
Danos tu opinión y háblanos de las obras de arte y de los artistas que crees que deberían formar parte de esta lista en los comentarios.
¡Te leeremos con mucho gusto!